Theatre des Vampires
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 Área de Contención 001

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Theatre Des Vampires
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Fecha de inscripción : 25/05/2008

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MensajeTema: Área de Contención 001   Área de Contención 001 Icon_minitimeLun Ago 04, 2008 12:50 pm

Habilitada exclusivamente para el desarrollo de los pacientes más enfermos, el Área de Contención 001 fue construida en secreto y a espaldas del resto de secciones del Centro con el fin de tratar al Espécimen Perfecto 001 en su comportamiento asesino compulsivo.

Está dotada de las mejores herramientas e instrumentos de neurocirugía, medicación y tratamientos electrónicos para la estimulación cerebral y muscular.

Solo permitido el acceso a personal autorizado.
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†Scary Manson†

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MensajeTema: Re: Área de Contención 001   Área de Contención 001 Icon_minitimeLun Ago 04, 2008 1:46 pm

Abrió los ojos, suspirando, a su nuevo e iluminado mundo.

De haber estado a oscuras junto a su ángel en un parque inundado por el agua de lluvia, Scary entreabrió sus ojos rojos, suspirando en silencio, para encontrarse con una limpia y plastificada habitación blanca como la nieve, perfectamente cuadrada y abarrotada de toda clase de aparatos perfectamente ordenados.

Máquinas de calibración mental, compresores, electrodos, pantallas de imágenes y demás aparatos cubrían las paredes de lo que Scary reconoció como el Área de Contención 001, su Área. Pero la milésima de segundo después de que especificase el lugar fue dedicada a pensar una vez más en Ángel.

Eso era lo que él quería, antes de saber en qué postura estaba colocado, como salir de allí o lo que podrían haber introducido en su cuerpo una vez le internaron en el centro, que sentía como su casa. Su Ángel, eso era todo lo que deseaba, nada del otro mundo, pero a la vez algo de un mundo tan lejano que casi parecía imposible que estuviese en esta terrenal bola de mierda. Algo resplandeciente en un cielo cubierto de nubes, como un nuevo Dios.

Respiró, exhalando el aire con un suspiro lleno de pasión y de ganas de volver a verlo, meta para la cual debía ponerse en marcha ya mismo.

Cuando fue consciente de lo que tenía que hacer, fue consciente también de que algo le recubría la cabeza, al igual del hecho de que estaba sentado en una especie de silla metálica pegada a la pared. Sostenía sus brazos apoyados cada uno en un reposabrazos metálico que no estaba sujeto a nada, brazos que Scary podría levantar limpiamente si quería.

Del respaldo del asiento, de metal plateado y brillante como un espejo, emergían cientos y cientos de cables que conectaban la silla al resto de máquinas del Área, que parpadeaban y movían sus relojes con tranquilidad. Algunas emitían siniestros "bips" de vez en cuando.

Tal que así lo hizo, flexionando los dedos lentamente encima de los bloques de acero que componían el sillón y llevándolos a su cabeza, para palpar acto seguido algo duro y circular, como una especie de casco negro semejante al de su moto, con una franja de cristal oscuro para poder visualizar menos de lo normal.

Scary intentó sacárselo, empezando a tirar de él hacia arriba con suavidad. Pero cuando el casco ya rozaba la barbilla del gótico, este se cerró en banda en torno a su cuello, temblando los cables con un ruido mecánico y acto seguido, soltando una descarga eléctrica sobre el cuerpo del muchacho.

Las máquinas de la sala enloquecieron, sonando alarmas, volviéndose locos los medidores vitales y relojes de presión y casi temblando en sus sitios.

Convulsionó todo su cuerpo hacia delante como impulsado por un fuerte viento, profiriendo un grito de dolor desgarrador y ronco, que se apagó al mismo tiempo que lo hizo la descarga.

Los aparatos también detuvieron su actividad de golpe, retomando la tranquilidad anterior.

Scary quedó tendido en el sillón de acero, quieto y casi humeando como un muñeco quemado a posta por un niño especialmente cruel. Pero eso no importaba, ya había comprobado en cuestión de segundos lo que podía y debía ocurrir, una descarga, de no demasiados voltios, nada que no pudiese superar una segunda vez. Eso había sido como una toma de tierra, como una simple prueba con la que el asesino podría deducir cuanta fuerza o no fuerza tendría que utilizar para librarse de su atadura.

Respiró durante unos segundos, visualizando en su mente el rostro de Ángel

-Mi Ángel...-susurró en bajo, empezando a levantarse. La descarga volvió a actuar, sacudiéndose los cables cargados de energía que iba a parar directamente al cuerpo de Scary, que lejos de sacudirse en convulsiones mortales, seguía alzándose en el sillón como un rey levantándose para su pueblo. Las máquinas volvieron a activarse frenéticamente, soltando chispas no solo por los cables, sino casi por toda la sala, inundando el perímetro de la silla en un mar de pequeñas estrellas rojas.

Los cables se tensaron cuando Scary concluyó por alzarse, lanzando ya sobre su piel la descarga mas intensa de la que eran capaces las máquinas de Saddler-...mi Ángel...-repitió en el mismo tono, inaudible bajo el chasquido de las chispas. Tirando con fuerza de su cuello, Scary terminó por arrancar los cables que unían su casco a la pared, y por consiguiente, a las baterías de carga.

La descarga cesó por completo. El humo nacía de sus hombros para perderse en el aire, sobre su cabeza, de donde se extrajo el casco con elegancia, dejando ver su rostro y derramando su pelo negro por su nuca y su frente. No había muestras de dolor en él, pero si el brillo asesino que el Scary Manson que fue encerrado ahí años atrás poseía en el momento de su internamiento.

Lanzó el casco lejos, consciente de que en esos momentos estaba siendo observado.

Pero por su Dios, por el Dios redentor que le había llevado hasta ahí, y que le ayudaría a escapar. Ese Dios que estallaba de gozo cada vez que Manson atravesaba un cuerpo con sus propias manos. Y ya echando en falta al que casi consideraba "su hermano", el puñal que le había acompañado tantísimos años.

Cruzó la sala hasta la puerta con calma, como si no pisase el suelo, hasta posicionarse frente a la plancha metálica que separaba el Área del resto de pasillos del centro. Ante ella pudo apreciarse a sí mismo, vestido con un extraño traje negro con algunos puntos rojos cerca del pecho y los brazos. Al lado había un portero automático con un sencillo botón rojo.

Scary lo pulsó. A sabiendas de que el guardia al que presentía fuera, pues solo sentía el latido de un corazón, sabría que era Scary el que lo había pulsado, pues en esa sala ya no había mas personal que el protagonista de todas las pesadillas de ese mismo personal que, años atrás, se había visto obligado a tratar con su laberíntica mente.

El hombre, tal y como era previsible, entró armado con una nueva especie de escopeta de dardos, apuntando directamente a la silla, en donde no habían mas que unos tristes cables colgando de sus propios soportes, chispeando.

La especie de soldado acortó distancia con el arma temblando en las manos.

-¿Manson?

Allí no había nadie, estaba todo absolutamente vacío. Asustado, metió la mano en el bolsillo para sacar un nuevo transmisor, accionándolo.

-¿Doctor? Manson no está en la cámar...-el hombre no dijo nada más.

Simplemente apuntó al techo intentando disparar a esa siniestra sombra que se movía a la velocidad del rayo, sombra que esquivaba los dardos como si fuese una hoja llevada por el aire. Scary finalmente despegó sus uñas del yeso para caer sobre él, tumbándole, quitándole el arma de un puñetazo e introduciéndosela en la boca.

-Tres Ángeles vigilan mi tumba...-pronunció con una perfecta entonación devota. El hombre, que ya sabría de los característicos rasgos de Scary, ya debía saber que cuando el gótico recitaba, es que estaba regalándole los oídos a la persona que iba a morir-...Dos de ellos lloran la lluvia tocando su arpa...-acarició el gatillo. El hombre negó con la cabeza casi llorando-...y el tercero vigila... que de la piedra no escape mi alma...-disparó.

Pero no uno, sino todo el cargador, haciendo que el soldado, si no moría por la descarga de veneno directamente en su boca, muriese ahogado en su propia sangre.

Tras ver como sus ojos se cerraban tras retorcerse un poco, se levantó de él, escuchando como alguien hablaba por el transmisor. Scary se acercó y lo cogió con una mano, llevándoselo al oído.

-¡Respondan!-exigió la voz de un anciano.

Scary sonrió.

-Ya estoy despierto...-canturreó entre susurros, antes de tirar el transmisor al suelo y pisarlo hasta destruirlo bajo una bota ceñida de goma negra.

Sin más, salió con las manos manchadas de rojo una vez más, dispuesto a recorrer los pasillos del centro como sangre recorriendo las venas de un gran monstruo.

-Dónde está mi ángel...-preguntó a la nada, abstraído y con los ojos cerrados como si soñase algo maravilloso-...quiero volver a abrazar a mi ángel...-
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